5 de octubre de 2008

JUBILADOS EN LA FLOR DE LA EDAD.

ELVIRA LINDO, EL PAÍS.

..."Al principio, cuando empecé a ver a gente de mi edad sentada de esa manera en la calle, pensé, lo normal, que estaban esperando el autobús, o a un amante o haciendo tiempo. Pero no. Ya he descubierto el misterio: son jubilados. Algunos de ellos son jubilados de Televisión Española. Andan por la cincuentena. Están cargados de experiencia. No les han echado de mala manera; no, les han invitado a irse, que es distinto pero es igual, o peor aún, les han enseñado de la redacción en la que cada día editaban informativos, hacían documentales o escribían crónicas, y les han dicho: "Nos gustaría que en esta casa algún día sólo trabajaran personas de menos de 35 años". Te dicen eso y, si eres listo, lo pillas al vuelo. Puede que ustedes no conozcan sus caras, yo sí, porque muchos de ellos fueron compañeros míos en esa cosa que llamamos el Ente. El Ente viene a ser como Alien, el octavo pasajero, pero sin ese físico tan desagradable y llamándose ERE (expediente de regulación de empleo). El ERE tiene como misión jubilar a muchos de aquellos profesionales que superen los cincuenta. Digo que ustedes no conocen sus rostros, pero sus nombres y sus voces aparecían a diario en las informaciones, en los títulos de crédito de los telediarios o presentando programas de radio que formaban parte de nuestras vidas. A mí, como a tantos, esas jubilaciones en la flor de la vida me provocan un dolor que no sabría definir. A lo mejor es pena, por resumir. Son personas que llevándome a mí cinco, seis años, me enseñaron muchas cosas; son, desde luego, las que le dieron nuevo aliento a la radio y la tele públicas en un país en transición. Ahora el Ente llena sus redacciones de gente jovencísima y pone fuera de sus filas a los maestros, todo eso al mismo tiempo, sin dejar que se produzca el necesario traspaso de experiencia. Ya digo, sucede en este otoño, y es curioso que, siendo todos ellos informadores, se vayan colocando en sus bancos de jubilados casi sin decir nada, imagino que un poco desconcertados en esta primera fase. Mientras los ciudadanos realmente viejos se pasan el día haciendo excursiones con el Imserso, estos jubilados prematuros andan meditabundos, pensando qué coño hacer con sus vidas. Y, por otro lado, están esos jovencillos recién llegados a esta época laboral de malos contratos y exceso de servidumbre. Viven los pobres un gran engaño. No saben que las televisiones públicas de otros países están llenas de trabajadores con experiencia, al menos así lo veo yo en la tele americana, cuando aparece el ya casi viejo
Charlie Rose o los señeros locutores de la radio pública. Ignoran que siempre llega el día en que el ERE, ese Alien que ahora todas las empresas tienen dentro, volverá a estar hambriento y acabará por devorarlos también a ellos."

Jubilados en la flor de la edad
El País (España)