15 de diciembre de 2007

Amor plátonico


En el mismo autobús pero con destinos diferentes. Uno, distraído, absorto en imaginaciones recién sembradas; ella fruncido el ceño, agrio gesto que enmascaraba la dulzura del rostro que atesoro en mis recuerdos. No, no era la misma belleza que idolatré como solo se puede hacer con aquello que sabemos inalcanzable y superior.


Su belleza sutil y discreta, la adorable niña con sus ojos grandes abiertos y con su suave olor a lavanda. Al bajar del autobús y en el cruce de miradas, solo en ese instante, se repitió aquella época en la ella continuaba su camino con un salido de despedida vago y desconcertado. Pero en esta ocasión solo lamenté que alguien hubiera robado la alegría que una vez quise para mi, dejando la grosera huella del desencanto y el dolor.

Y continué ensimismado en imaginaciones y esperanzas recién sembradas, en las que los amores platónicos que no fueron se extinguen como la luz de las estrellas al amanecer. Veintidós años han pasado y tras este súbito reencuentro mis lágrimas resbalan. Ojalá fueran perlas del tiempo que con cariño depositara yo en tus labios para volver atrás el inexorable paso de los años. Devolverte esa mirada limpia y alegre.Pero no puedo hacerlo y furtivamente tras el cruce de miradas sin mirar atrás y con mis recuerdos golpeando mi memoria me alejo de ti, fuiste mi amor platónico…Zol C.B. 27 Nov. 2003

13 de diciembre de 2007

Escrito de Jorge Luis Borges a sus 85 años

Si pudiera vivir nuevamente mi vida, en la próxima trataría de cometer más errores. No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. Sería menos higiénico, correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.

Iría a más lugares donde nunca he ido, comería más helados y menos frijoles, tendría más problemas reales y menos imaginativos.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata y públicamente cada minuto de su vida, claro que tuve momentos de alegría. Pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecho mi vida, solo de momentos, por lo que les sugiero que no se pierdan el ahora.

Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas, si pudiera volver a vivir, viajaría mas liviano.

Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.

Daría mas vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años y se que me estoy muriendo.

Jorge Luis Borges